martes, 2 de septiembre de 2014

Bernard Plossu presenta su libro “¡ Vámonos ! Bernard Plossu en México”.


El próximo viernes día 5 a las 19,30 horas nos visitará Bernard Plossu para presentar su libro “¡ Vámonos ! Bernard Plossu en México”.

 






















El próximo viernes 5 de septiembre nos visitará el gran fotógrafo francés Bernard Plossu que presentará en Railowsky su libro "Vámonos. Bernard Plossu en México". Será a la 19,30 horas . El acto será presentado por Salvador Albiñana, coordinador del libro y profesor titular de Historia Moderna en la Universitat de València.
El acto contará con pequeñas sorpresas como el pase de un breve documental sobre México realizado por el propio Plossu y una breve exposición con contactos en color de dicha película. La muestra permanecerá hasta el 15 de septiembre.
También montaremos una mesa especial con libros de Bernard Plossu, algunos de ellos inéditos en España. Por supuesto es una gran ocasión para compartir impresiones con Plossu y que os dedique sus libros.
Solo me queda agradecer la generosidad de Bernard Plossu que viene "ex profeso" desde Francia, y la de Salvador Albiñana que acabará de aterrizar de su "otro" viaje mexicano, después de inaugurar la exposición de Bernard Plossu en el Museo de Arte Moderno de México. Si deseáis más información sobre el libro la tenéis en nuestra página web :
http://www.railowsky.com/3923-vamonos-bernard-plossu-en-mexico-9788415832584.html

Os dejo con el excelente artículo de la periodista méxicana Laura Cortés que nos habla del libro y la exposición :

El primer viaje que Bernard Plossu (Vietnam, 1945) realizó a México en 1965 fue un golpe para el alma”. Aquí se encontró con unacultura y un entorno cuya“fuerza terrenal” lo impactaron de inmediato. La belleza de los paisajes recorridos a través de serpenteantes carreteras, los contrastes entre escenarios
turísticos y barrios urbanos, así como su avidez por apresar cada instante de la travesía lo transformarían en uno de los mejores retratistas del espíritu de un país que describió como sublime.

Procedente de París, Plossu llegó a México a los 20 años, su equipaje incluía una cámara Kodak Retina y un objetivo de 50 mm. Lejos estaba de saber que con esos instrumentos se convertiría en fotógrafo profesional. En la Cinemateca, donde acostumbraba pasar las tardes, había aprendido el gozo de mirar, con
películas de Jean-Luc Godard, François Truffaut, Louis Malle y Luis Buñuel. De pronto, se encontraba en un universo distinto, “viviendo la vida real, no la vida a través de las pantallas”, rememora el autor francés de origen vietnamitasobre esa primera travesía en tierras mexicanas.

Deslumbrado, se dedicó a retratar todo lo que ocurría ante sus ojos, más que lafotografía le interesaba la vida. Al final de esa aventura “estaba irreconocible y tenía un oficio: fotógrafo”, recuerda el creador. Plossu regresó en tres ocasiones más al país que le reveló su profesión y cambió para siempre su forma
de ver el mundo.

No obstante la profundidad de la obra realizada y la entrañable relación que estableció con México, Bernard Plossu ha sido hasta ahora poco apreciado en el país al que dedicó incontables disparos fotográficos. Para reparar, en cierta medida, esa omisión Fundación Televisa y Ediciones Turner han publicado el espléndido libro ¡Vámonos!Bernard Plossu en México, que reúne 300 imágenes,
algunas inéditas, capturadas por el fotógrafo durante sus cuatro viajes por nuestro país en los años 1965-66, 1970, 1974 y 1981.

“Es un fotógrafo muy escondido en la historia de la imagen mexicana a pesar de la amplitud de su trabajo. La idea es dar cuenta de esas imágenes y sacarlo de la sombra, ponerlo en el mapa de la fotografía mexicana”, registra Salvador Albiñana, editor de la publicación.

¡Vámonos! revela también el singular método del fotógrafo viajero por excelencia: “Andar, mirar y luego fotografiar”. Esta obra es también la guía de la exposición conformada por 150 imágenes a inaugurarse el próximo 28 de agosto en el Museo de Arte Moderno. La muestra, con el comisiarado de Albiñana, sedividirá en cuatro secciones correspondientes a cada uno de sus viajes.

ESTÉTICA BEAT/HIP

Bernard Plossu se desplazó a México para vivir con sus abuelos maternos,refugiados de Indochina, e iniciar sus estudios en la Universidad de las Américas. Los planes no llegaron a realizarse: bastaron un par semanas para que el joven parisino dejara la escuela y el acomodo familiar para emprender un viaje que lejos de agotarse en la geografía se transformaría en una odisea interna.

Casi inmediatamente se encontró con un grupo de amigos ávidos, como él, de experiencias. Sobre los lazos que formó, Albiñana apunta que la mayor parte fue con estadunidenses, aunque también había franceses, latinoamericanos y, por supuesto, mexicanos como Guillermo Olguín, quien fue su guía por el país. “Los registros, las experiencias y las inquietudes de esos jóvenes oscilaban entre el ocaso beat y el preludio hippie, unidos todos ellos por su vinculación a los movimientos contra la guerra de Vietnam, por el consumo de mariguana y el desenfado amoroso”.

Durante los 15 meses posteriores, se volvió un “trotamontes” que un día deambulaba por la capital y otro transitaba por carreteras con rumbo a Michoacán, Guerrero, Oaxaca o Chiapas. “¡Nos íbamos en cualquier momento, a donde fuera, improvisando siempre, con los coches llenos! Lo mismo a Acapulco,
donde dormíamos en la playa, que al magnífico Guanajuato, a San Miguel de Allende, a Uruapan... Lo que menos buscábamos era un destino preciso. Nos íbamos para irnos, para vagar; la aventura tenía que ser total, siguiendo el instinto”, registra Plossu en uno de los textos del libro ¡Vámonos!

México fue para el creador francés el escenario donde todo era posible y en su empeño por eternizar el momento destinó cientos de rollos fotográficos a registrar su travesía. Aquel fue un viaje de iniciación en el que, recuerda, se encontraba “en un estado fotográfico constante”. Las imágenes capturadas durante
aquellos recorridos que se antojaban inacabables tienen algo en común, según describe Albiñana, también historiador de la Universidad de Valencia: “Una suerte de mirada interior maravillada ante el esplendor de la propia vida: el descubrimiento de la amistad, de la libertad y la belleza; una extraña luz de serenidad y de confianza, aún no dañada por la frustración de los paraísos
perdidos de una generación que se adoraba a sí misma y que creó algo nuevo y glorioso: la juventud”.

La bitácora visual de ese primer viaje se compone en gran medida de imágenes de sus cómplices de aventura: aparece Bill Coleman, quien lo inició en la cultura beat; las largas piernas de su amiga Karina Schimdt, Guillermo Olguín y Mari en la playa de Zipolite, Oaxaca; la boda de Taide, su vecina. Se advierte también en esas instantáneas una mirada sensual hacia los gestos de las mujeres:
rostros, cuellos, peinados. Carreteras y automóviles son personajes siemprerecurrentes en sus fotografías.

El creador “escribió” con su cámara un apunte autobiográfico: “La escritura es lo que más se acerca a mi forma de fotografiar. Yo tomo notas sobre todo lo que veo… la fotografía es eso: tomar notas. Soy un autor que hace fotos”, dice quien ha recibido, entre otros reconocimientos, el Premio Nacional de Fotografía en Francia.

LOS REGRESOS

Ya en 1970, Bernard Plossu vovió a México con un espíritu diferente al de la primera visita. Después de algunos años y de muchas travesías había abandonado el andar beatnik. El creador describió así su mudanza: “La época beat/hip se interrumpió por sí sola, porque ser fotógrafo y descubrir el mundo me interesaba
más que quedarme sentado en una bonita playa en la India. Cuando vi que los jóvenes se quedaban en las playas de Goa en lugar de viajar, decidí dejar todo aquello”.

La serie que realizó ese año, la cual tituló “Retorno a México”, muestra a un fotógrafo socialmente comprometido. Como un homenaje a la cinta Los olvidados, de Luis Buñuel, se trasladó a los suburbios de la Ciudad de México y se enfocó en los barrios marginales. Su cámara capturó, sin concesiones, la crudeza de una
realidad implacable vivida por niños y adolescentes de la periferia.

En 1974, en su tercera visita, recorrió las ciudades de Ensenada y Tijuana. Sus imágenes revelan lo que significa “estar de paso”. La temporalidad y acritud de vivir “al límite”. Para Plossu, la frontera, más que una geografía, era “una manera de vagar sin moverse… el instinto de saber estar. La opción callada de vivir perdido”, comenta Osvaldo Sánchez, en el texto publicado en el libro ¡Vámonos!

“Trópico mexicano” es la última serie de fotografías realizadas en México en 1981. Son imágenes de su cita amorosa en el norte de Veracruz, con Françoise, fotógrafa francesa que se convirtió en su esposa.

MIRADA PROPIA

Si bien es cierto que Bernard Plossu no fue el primer extranjero en retratar con maestría las escenas del México cotidiano, sí puede decirse que fue pionero en eludir las recurrentes imágenes de los fotógrafos europeos y estadunidenses sobre México. El autor francés construyó una mirada propia, alejada de prejuicios. No hay en su fotografía, como bien señala Albiñana, “día de muertos,
volcanes, enormes magueyes, miserables casas o teporochos olvidados en una acera”.

El blanco y negro define la mayoría de su obra, pero también ha recurrido al color haciendo uso de la técnica Fresson: un proceso artesanal sobre papel carbón realizado sin transferencias. Sin embargo, ya sea desde los matices del blanco y negro o desde la infinidad cromática, su fotografía logra la intimidad con el objeto atrapado por su lente. “No hay azar para el fotógrafo: le toca el
azar que merece”, asegura a sus 69 años, quien no ha perdido su condición fugitiva de viajero.

Si Henri-Cartier-Bresson es el maestro del instante decisivo, el creador viajero es justamente la contrafigura: “El fotógrafo de los instantes no decisivos”. Su mirada logró transformar cada escena, por ordinaria que pareciera, en una imagen relevante, cargada de significado. Su obra es una secuencia de momentos cotidianos convertidos en poesía. Bernard Plossu es, sobre todo, el fotógrafo de todos los instantes.




Más información sobre “¡ Vámonos ! Bernard Plossu en México” en :








Trópico Méxicano, 1981 © Bernard Plossu